jueves, 3 de diciembre de 2015

Con M de mujer

Por Pilar Orozco Santa Maria


Misui Chavez es una joven de veinticinco años, a la que su pareja le rapó el cabello, le rompió la cabeza a golpes y por si fuera poco la sacó arrastrada, desnuda y golpeada de un hostal de veinte soles la noche porque simplemente creyó que ella le había sido infiel.
Durante meses ha sufrido salvajes maltratos de parte de la persona que le había jurado amor eterno, había sido víctima de quien desde hace unos meses, era el amor de su vida, pero resulta que ese amor la estaba dejando casi muerta tirada en la calle, humillada, sin rastro de compasión en sus actos hacia ella.
Pues bien, Misui es parte del 71.3% de mujeres en el Perú que sufren maltrato por parte de sus parejas, es parte de ese número solo por el hecho de haber nacido con M de mujer, por no pertenecer al “sexo fuerte”, por no tener ese detalle entre las piernas que en este país demuestra que eres hombre, sin importar si tienes moral o no, sin importar si la fuerza la utilizas para proteger o para hacer daño, sin importar que denigren el concepto de hombría con actos despreciables.


Misui nació mujer, y nació peruana, y hay una justicia que debería protegerla, ayudarla y no permitir que tipos como el que la golpeó tengan la oportunidad de volver a hacer daño, pero lamentablemente nacer con M de mujer en este país no es sinónimo de nada bueno, aquí significa tener mayor probabilidad de ser maltratada, mancillada, menospreciada, y en muchas ocasiones estar muerta. Y si señores, Misui no es más que un número dentro del gran porcentaje de mujeres que siguen esperando que la justicia de su país las ayude, pero parece ser que justicia en el Perú se escribe con M de machismo.


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